El enfoque orientado a la acción del MCER se refiere al alumno como un sujeto activo del proceso de aprendizaje. Características del nuevo papel del alumno aprendiente de lenguas extranjeras:
- Como sujeto activo en el proceso de aprendizaje, el alumno es consciente de su evolución en ese proceso y, por otra parte, es autónomo, en cuanto a que él por sí mismo puede controlarlo.
- Toma decisiones conjuntamente con sus compañeros y el profesor.
- Participa activamente en las actividades planteadas en clase.
- Pone en marcha procesos cognitivos responsables para que se produzca el aprendizaje.
- Aprende la lengua usándola, ya sea en el aula o fuera de ella, y, por otra parte, usa la lengua en cualquiera de los ámbitos para aprenderla.
- Valora el error como necesario para aprender.
- Colabora y coopera con sus compañeros de clase y con el profesor.
- Activa estrategias para realizar las tareas comunicativas.
- Aporta al grupo sus conocimientos, sus habilidades y sus actitudes.
- Prueba, ensaya, arriesga.
- Se centra en el proceso de aprendizaje y no en el producto.
Como conclusión final, el alumno es responsable durante ese proceso y tiene una actitud activa, tomando conciencia de lo que sabe, de cómo es su estilo de aprendizaje y de los factores que lo condicionan. Además, activa estrategias que le facilitan el uso de la lengua y su aprendizaje.
Ha dejado de tener un papel pasivo en el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera y ha tomado las riendas entregadas por parte del profesor facilitador, en definitiva, el alumno va ganando autonomía.
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